martes, 5 de junio de 2007

Alarma

Hay una casa abandonada, un reloj despertador sobre la cómoda de uno de sus dormitorios que no se detiene hace más de cuarenta años. De repente suena la alarma y por un momento alguien que pasa por la calle cree que en esa casa hay alguien, pero no. No hay nadie, aunque la alarma esté sonando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pasa alguien, la escucha y cree.

Nadie pasa, nadie me escucha y nadie me cree. Ergo...mejor meterme adentro de una caja.

Pluf Nif