miércoles, 13 de diciembre de 2006

Casa alquilada

Yo vivo en una casa oficialista. Sí señor. En mi casa todos apoyamos al gobierno, y no desde la palabrería. Por eso, aunque a mi padre le guste pontificar sobre las ventajas del ultimo titular periodístico, mientras rempuja con la lengua una batata - seguramente opositora- que le empasta el discurso en la cena justo justo en el momento de la iluminación, como definimos ese momento con mis hermanos, pasamos pronto, y, volvemos a la practica, a la acción, al oficialismo mas pragmático.

Es entonces que apagamos las luces; porque hay que apagar las luces para no gastar y que las empresas puedan producir y aumenten la producción y haya mas empleo para todos, en especial para papa que aunque el patrón es bueno paga mal y siempre le dice " el mes que viene Ruben, el mes que viene". Igualmente no hay muchas luces que apagar, porque en casa somos 110% oficialistas y no tenemos aire acondicionado (que es lo que más gasta, en especial cuando se compra) tampoco tenemos televisión, porque mama dice que no educa y que Feinmann tiene razón; y de yapa nos vamos a dormir temprano para que dios nos ayude. Tampoco tenemos plancha porque en casa nada se pierde todo se transforma, inclusive el vapor de la ducha. Lo que sí habrán notado que tenemos en casa es CPU y radio, las dos por la misma razón; regalo. Además al viejo le gustan los partidos y las carreras, dice que duran lo suficiente para no gastar mucha energía.

En mi casa tampoco se come carne. Estos hijos de puta que no paran de crecer, dice mama mientras prepara las verduras que son más sanas para nosotros y para el país, que tanto. Aunque hubo un tiempo, recuerdo, que las vacas tenían no se que y total para que se muriesen ahí solas era mejor comerlas, además eran nuestras vacas discriminadas, las sucesoras de las que habían alimentado a Europa, decía papa en su momento nirvana.

En casa tampoco transamos con ninguna petrolera, ni con ninguna cadena de comida rápida. Papa tiene una bicicleta, como en Europa(atiéndase a la relación entre vacas y bicicletas) y en casa todos tenemos tiempo para esperar a la comida que a veces tarda dos días en llegar.

Mi hermana es ecologista y esta en quinto grado. Creo que mama la convenció el día que le borraba los cuadernos de cuarto y le hablaba de las pasteras, que yo pensaba que eran los discursos de papa y que supe luego que eran fábricas que hacían papel. Por eso el día que el municipio nos regalo esta CPU la cena se dividió entre ecologistas e industrialistas, y, casi casi termina con un divorcio de postre si no fuese porque mi hermano le explico a mama que había que firmar un papel y a papa que se usa elegía hidroeléctrica en el proceso. Mi hermano va a la universidad y no comprende ni a mama ni a papa, pero también es oficialista desde que se adhirió al partido como premio por la beca, ¿o fue al revés?, no importa, ya no me acuerdo.

Ahora solo pienso en mudarme. Sacamos un crédito para comprar nuestra casa, y papa dice que es de flexible financiación mientras mama dice que no cree que podamos pagarlo. Eso ya no importa. Hacia haya vamos pensando poder colgar los dos retratos que en la casa alquilada nunca nos dejaron.

Nahuel.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una alegría leerte, Nahuel!