miércoles, 6 de diciembre de 2006

Oda a la Alcachofa

Te estuve esperando...
durante todo este tiempo,
ahora que has llegado,
es momento propicio
de hincarte mis dientes
hasta tú desquicio

Lamento decirte para,
tu sonrojo,
que pienso comerme
mucho mas que tus ojos

Tu tallo me gusta,
mas tus hojas; verdes, carnosas
protegen por fuera
lo que adentro se altera.

Aceite y vinagre- complementarios-
aunque necesaria simbiosis
para que el corazón madure
y nadie vista de ocre.

Tu que creces con desprecio y sin riego
conservas intacta,
bola de fuego,
respeto a tu ego.

En áridas condiciones
asomas en flor;
naciendo en invierno
-jugando al dolor-.


¡¡Oh!! Mujer alcachofa
que renuente en verano
muestras tu corazón,
con pinches de luto violáceo,
cuando te fuerzan temprano.

Dichoso ha sido esperarte,
aunque- mucha Zanahoria hasta encontrarte-
y hoy; como a la mar por ser honda se van los ríos,
detrás de tus ojos se van los míos.

Solo la libertad,
tu guión,
tallo verde y seguro,
como la Bauhaus
en explosión,

ni Klee, ni Mondrian
sabrían definirte, en cuchillo o delantal,
mirando tu naturaleza
de libre vegetal.

Así ha sabido ofrecerse este camino,
como arrebato del destino,
Y en una noche;
cenicienta y mustia,
tu cara de pirata
como a mi mas me gusta.

El Alcaucil.

2 comentarios:

Jirafas dijo...

Nota mental("las boludeces que escribimos por las minas, solo pueden justificarse por este viejo adagio; una mina que se ríe te entrega el culo.

Obviamente amigo querido, tan experimentado en las artes del histrionismo, sabrás cual es la diferencia entre un adagio y su presagio, principio físico de la paja.

El Alcaucil.

Anónimo dijo...

Al fin un hombre que hace un paralelismo romantico y honesto. A veces no se porque esta sociedad no acepta otra cosa que no sea lo estereotipicamente establecido!! En fin, me encanto, cuando quieras haceme ensalada, mmm.
xxx