domingo, 29 de abril de 2007

tarde

El tema de la puntualidad es un tema que desvela a más de un legislador. Qué hacer con las personas impuntuales, aplicarles una contravención, una multa, arresto domiciliario, trabajos forzosos, no aplicarles nada.

En un pequeño pueblo, en las afueras del río tigris hay una pequeña comunidad que no tiene intendente pero si ediles curules por todos lados. Estos ediles proyectaron una ordenanza que estableciera penas para los que llegan tarde a las citas. Este proyecto nunca fue tratado en la asamblea popular y doce de los trece ediles curules que participaron de la comisión redactora fueron inducidos al suicidio defectuosamente, por lo que tres se volvieron adictos al vermouth con tang, seis se volvieron protestantes y los otros tres se la pasan todo el día jugando al rol.
El decimotercer edil, que no fue víctima de ningun tipo de inducción, ahora vende barriletes sin cola en las calles de una pequeña vecindad escondida en el mismísimo culo del mundo, llamada a-eolo, porque curiosamente, carece de todo viento.

Volviendo al tema de lo puntual y lo ab-puntual, hay gente que necesita entender un poco más qué es realmente ser impuntual y qué es realmente ser puntual. Pareciera como si este tema admitiese una escala de grises, matices, cuando en realidad no lo hace. A ver... se es puntual o no. Se me va comprendiendo?

Entonces, veamos, si por ejemplo, la reunión está pactada para las nueve de la mañana. Quién es puntual?

a. Alguien que llega a las ocho y media
b. Alguien que llega a las nueve menos cinco
c. Alguien que llega a las nueve
d. Alguien que llega a las nueve y cinco
e. Alguien que llega a las nueve y media
f. Alguien que no llega.

A lo largo de mi vida me he encontrado con personas que llegan media hora antes y te dicen "pelotudo, estoy hace media hora acá", como en el caso "a.", cuando en realidad uno jamás dijo que llegaría a las ocho y media. En este caso lo que se produce es una distorsión espacio-temporal clásica, de la que hablaremos en otra oportunidad. Lo importante ahora es saber que lo que son el espacio y el tiempo para el sujeto "x", no lo son para el sujeto "y".

Luego están los que llegan cinco minutos antes. No, no son ni puntuales ni impuntuales, son tipos que que están obsesionados con llegar "a tiempo" a cualquier lado, supongamos que alguien diga lo siguiente: "che, nos juntamos a comer pochoclo y hacer pozos para volverlos a llenar el martes a las 14". Un tipo del caso "b." llega a las 13:55 porque está obviamente jodido de la mente.

El tipo que llega a la hora señalada es en todo caso un tipo arriesgado. Un tipo o mina que juega al límite. Por ejemplo, "Francisco, acordate, mañana te necesito a las 7:30 en punto porque necesito que mees por mí para la prueba del laburo"
Francisco llega a las 7:30 (en punto), y seguramente su amigo esperaba verlo más temprano, a nadie le inspira confianza un tipo que sea tan puntual. Pero es digno de una de las más profundas admiraciones que una persona pueda tener por otra. Este tipo es destinatario de frases no dichas como "es brillante!" o "mis ojos no creen lo que ven y mi alma no cree lo que siente!!!"; o sencillamente "wow!!! how does he/she do it?!!!".

Alguien que llega a las nueve y cinco es un cancherito, es el típico pelotudo que te dice "uh, el micro tardó una banda", es la clase de personas que hablan así. Un forro importante, que se desvive por llamar la atención. Nunca le contaría un secreto a alguien que llega cinco minutos tarde a todos lados con excusas como "pensé que era más temprano", o sea, cómo hace alguien para pensar el tiempo?, que es una fuckin' constante universal. Es obvio que tipos como estos no dudarían en venderte a los poli o a alguna mafia de menor escala por veinte centavos.

El tipo que llega media hora tarde es un colgado. Seguramente fume algo, o no tenga muy presente las cosas (la existencia de lo real), o las crea distintas a lo que son realmente. Anotan sus citas en papeles que se pierden o se les vuelan, son los clásicos flacos que se manchan. Se manchan con lo que sea, comiendo, caminando, se engrasan con la cadena de la bicicleta. Se olvidan cosas en el fuego y se pueden quedar dormidos en cualquier bondi o antro. Son en su mayoría gente que viene del interior, lugares con gente pagana o en los que se acostumbra a las personas a manejarse con ideas laxas de puntualidad. Por ejemplo, "venite cuando caiga el sol", o "a la tardecita" son frases que no dudan en utilizar para cualquier circunstancia.

Por último vemos el caso del ser que no llega nunca. Ser que probablemente no comunique que no se apersonará donde dijo que lo haría. El que lisa y llanamente no aparece y al que uno espera, siempre, más de lo realmente necesario; seguramente uno espera más tiempo a estos tipos que a los que llegan cinco minutos tarde. Y si bien los que llegan cinco minutos tarde son de temer, los eternos ausentes son los peores. Estos te matarían por un helado de agua de la forma más inhumana posible. No ven más allá de su culo, y no son capaces de pensar nunca en el prójimo, no quieren a nadie y no pueden ser felices bajo ningún punto de vista, pero rompen las pelotas como nadie.


No quiero terminar este comentario con el párrafo precedente, y decir qué clase de puntualidad es la que me caracteriza personalemnte, no creo que le interese a nadie. Por eso opto por cerrar con alguna frase de freddie mercury, "time, waits for nobody"...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hace mucho tiempo.............esperaba que escribieras man. Un honor tenerte en las filas jirafianas.

H2O.