miércoles, 9 de enero de 2008

Mujer puente

Nací de las maderas que, escudadas en un hilo,
pretenden no ser pedazos.
Prometo salvar al valiente del agua, o tal vez del abismo.
Mis movimientos obedecen a un vértigo ilusorio
que antecede a la verdad absoluta
que dura dos minutos, tal vez tres
y se oculta en la repetida idea de lo eterno.

La erosión y el desgaste no nublan la idea
de que los pies dan calor y son bellos.
Aunque si hubiera sentido una frente,
los ojos, entre los huecos,
compartirían, entre el caudal y el espacio,
aunque más no fuera por un segundo,
mi riesgo.

Sólo los pájaros anidan en las ramas.
La tierra es el objeto, sin importar si hay paz o guerra.
Es tierra y eso basta para los que miran al cielo
mientras imaginan que los pasos futuros
serán mejores que los presentes,
y lo mejor, según se dice,
es el peor enemigo de lo bueno.

Una mujer puente.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

no la tenía para la poesía, mujer puente. enbuenahora.

beso

Anónimo dijo...

Jajaja, grazzie! Y bueno, si la Prandi podía, por qué yo no?
Besos mil.