lunes, 10 de diciembre de 2007

Smoke on the city

Felipao, ¿lograremos escapar?, ¿debemos escapar? Si querés quedarte, problema tuyo, ya tomé una decisión, y es indeclinable, no sé cuánto tiempo me queda, no creo que mucho, en fin, mucho o poco, lo que importa es que quiero volver a Brasil. Señor, ya le guardé el equipaje, debo decirle que fue todo un placer haberlo servido durante todos estos años, y sin duda voy a extrañar su presencia en el edificio. Gracias. Felipao y una mujer joven y rubia salieron del edificio que quedaba frente a lo que era el Jardín Botánico. De verdad, ¿es necesario irnos, no te preocupa lo que va a pasar con lo que queda de la ciudad? ¿Me preguntás en serio?, me chupa un huevo lo que le pueda suceder a esta ciudad, mirá, incluso terminé hablando como ellos. ¿Adónde vamos?, dijo el taxista mientras comenzaba a recorrer la Avenida Santa Fe. Usted es medio pelotudo, ¿no vio todas las valijas que cargó el portero? ¿Valijas? Sí, val…, y antes de terminar de pronunciar la palabra, Felipao comprendió todo. Miró hacia atrás, no quedaba nada, tampoco había alguien que lo saludara. Sí, al aeropuerto, lo más rápido que pueda. Eso va a estar un poco complicado, todo el mundo va hacia allá. Haga lo que pueda, dijo Felipao, y luego miró a la chica y pensó en decirle “vos también hacé lo que puedas para relajarme”, pero permaneció en silencio y sólo atinó a acariciarla.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bien, un texto nuevo, ya me estaba aburriendo del torre jirafino. Más que jirafas parecíamos leones, roncando, jaja.
Y que bien el lado sopapit de Felipao con una rubia en el auto, futura "con una rubia en el avión".
Besos mil.
Celi.

Anónimo dijo...

Buenas, celebro la vuelta de felipao, todavía tiene mucho para contarnos!

Besotes!

Jirafas dijo...

no mucho, debo confesar que se aproxima el final.

saludos

f.