sábado, 1 de diciembre de 2007

Sangre

Cada vez que me interpelabas parecías clavarme los colmillos. Mi piel se resentía y mi corazón también. Los ojos blancos develaban un tiempo muerto y a pesar de que ya me quedaban pocos signos vitales, vos pedías más. Y mientras me debilitaba, no podía evitar preguntarme por qué preferías la sangre antes que el vino.
Después de todo, es el ruido de dos copas lo que podía hacernos inmortales. También el sentido del humor, como dijo un libro que alguna vez leí. Pero vos no podías concebir la inmortalidad para dos. Querías sangre.
Con cada interpelación mis brazos pesaban un poco más y estaban más cerca del suelo. Caía aunque estaba en pie y te odiaba. Creo que todavía te odio. Tampoco estoy segura. Puede que sólo des lástima.
Otra interpelación y las rodillas flojas presagiaban el final. Entonces, como todo aquel que está a punto de morir, recordé. Retazos espasmódicos, dispares, equívocos. Pero siempre con toda mi sangre. Pensé en un silencioso no... no siempre fue así... no debe ser así... no quiero que sea así...
Podías no haberme interpelado y hubieramos ganado los dos. Podías haberte reído un poco y nada hubiese pasado. Podías no haber pensado que la satisfacción radicaba en contar los agujeros que podían llenar el Albert Hall... Podías.
Pero no. No sé como habrá sido tu espasmo. Es posible que en los retazos te hayas puesto plataformas para ser más alto. Y que hayas imaginado a un enano junto a vos contra el centímetro en la pared. Porque nunca podías imaginarte grande sin compararte. Nunca si estabas solo.
Por eso querías sangre. Mis ojos se aclaraban y vos pensabas en elevarte. Entonces te respondí, sin gritos, sin pausas, sin pedirte piedad y sin dártela tampoco...
Y en tu espasmo lo descubriste. La inmortalidad no era para vos.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

lmj, qué quiere que le diga, está escribiendo de puta madre!

besos

Anónimo dijo...

la verdad es uno de los escritos que más me ha gustado de la joven lmj. Muy afinado, como una bonita melodía.

Besotes!

Anónimo dijo...

Mil gracias, queridos fedes!!! Y tu ficus, gracias además por decirme joven! :-)
Besos totales.

Rosa Lejana dijo...

Excelente!

Anónimo dijo...

Gracias totales, Rosa!!!
De tantos gracias me voy a convertir en Sergio Denis, pero no puedo evitarlo. =-)