Nos conocemos desde hace tanto... mientras más tiempo pasa más innecesarias nos son las palabras, una sola mirada alcanza. De repente alguno de los dos escribió algo en algún lado, algo que no pareció estar en los ojos de nadie esa mañana pero que siempre estuvo... el otro lo leyó y al instante nos volvimos a ver, sin palabras, como lo que siempre fuimos, dos perfectos extraños.
2 comentarios:
Debo decir que este post me fascina! Creo que es perfecto. Nunca se termina de conocer a la persona que uno tiene en frente. Incluso la rigidez nos obliga a crear una imagen de la otra persona y cuando algo se sale de esa imagen llega la sorpresa.
También nosotros creamos esas imágenes para nosotros mismos y si algo sale de ese esquema, también llega la sorpresa.
Brindo mirando a los ojos vacíos y ahora sospecho que los franceses inventaron ese brindis de los siete años de mal sexo para descubrir lo que es indescifrable.
Salud!
Loco te pasastessssssss..
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