No hay nada más feo que amar a alguien. Incluso cuando ella o él también te aman, incluso en ese momento, no hay nada más feo que amar a alguien. Tu cabeza entra en un imaginario de rumores y asperezas; cualquier pordiosera se convierte en princesa, o cualquier tipo de pantalones rasgados y manchas de vino en la camisa pasa a ser algo así como un dios (o sea, tanto dios como el amor -o como los extraterrestres o los monstruos- no son más que sutilezas de la imaginación). Pero esa transformación no es lo más grave. No. Lo peor son todas esas palabras plagadas de desenfreno, palabras de nostalgia, palabras de felicidades inventadas. En definitiva: palabras. Je T'Aime Mon Non Plus. ¿Qué es todo eso sino catapultas hacia la nada, antorchas tan pretensiosas que buscan quemar hasta las cenizas de la reproducción? Y para colmo, la mayoría de las veces todas esas palabras sucumben en un destino, y así uno recibe cartas, o llamadas, o, como somos todos modernos, algún que otro e-mail (piensen, sino, que por esta estupidez existen ideas aún más estúpidas como Tienes un e-mail...). Pero esas apoplejías del amor, asimismo, ven su constelación en el arte, y entonces, los libros nos inundan de poemas malditos de poetas pelotudos, nuestras adolescencias se someten a suicidios para nada ejemplares (Werther, Werther, Werther, abjuro de tu voluntad, me cago en tu voluntad), y así llegamos a los veinte años dispuestos a cojer, sí, pero también a hacer el amor... el horror, el horror, el horror...
"Hola, ¿cómo va?", "Yo qué sé, ahí, bueno, para qué te voy a mentir, para el orto, todo mal", "¿Qué te pasó ahora? ¿No me digás que todavía seguís así por esa mina (por ese flaco)?", "Sí...", "...", "Me llamó / La (lo) llamé / Lo (la) vi", "Pero no puede ser, che, hace ya más de un año que estás así", y así, cuando podríamos haber aprovechado una conversación con algún amigo, la desperdiciamos en dolores imbéciles, en llantos prostituidos, que nos distraen del pubis para someternos a las cavernas junto a "los afilados ruidos de la escritura / duros como el cristal".
O cuando pensamos que somos felices, que amamos y que nos aman, de pronto un (una) amigo (amiga) nos llama y decimos, no, hoy no, hablamos mañana, pero el mañana cada vez se torna más evanescente, hasta que al fin, sin saber muy bien cómo, entre la televisión y el sillón en el que estamos sentados, hay dos cabecitas que juegan, o pelean, o lloran y después, gritos: "papá, mamá, papá, mamá". Los mirás y te das cuenta de que hiciste tu aporte a la sociedad, de que hiciste el amor...
O hiciste el amor, no te reprodujiste, te bastó con verte todos los días en el espejo, pero cuando te llamó un día para verte, vos fuiste y te sentaste como siempre, saludaste como siempre, miraste como siempre, amabas como siempre, y él o ella, te miraron y te dijeron, "lo siento, hasta siempre", y vos, como amabas como siempre, trataste de prolongar el imaginario, de vivir en ese semblante que habías adoptado, y al no recibir respuesta, lloraste, lloraste y lloraste, después fuiste a tu casa, los días pasaban y vos llorabas, como siempre, hasta que al fin dejaste de llorar, poco a poco te sustraías a la verdad, y entonces, poco a poco, aparecieron las cartas, los poemas malditos... Al fin, poco a poco, te convertías en un poeta pelotudo.
Pensá cuando dejaste de escuchar a Led Zeppelin (o cuando sólo escuchabas Stairway to Heaven), Metallica, AC/DC, para llenarte de fuerzas en tu sufrimiento y copiarlo y copiarlo y copiarlo en una locura pop, y así derramabas lágrimas torpes con Cohen, el primer Waits o, lo que es mucho peor (y todo por no saber inglés!!! y todo porque querías llenarte de esas fuerzas!!!), con Sabina...
No hay nada más feo que amar a alguien. Pero hay algo mucho peor: ser, mientras escribo todo esto, consciente -plenamente consciente- de estar sumergido en esa estúpida prisión que sos vos.
13 comentarios:
Creo que desde que leí el manifiesto futurista no estoy tan en desacuerdo con algo como con este texto.
El amor esta lejísimos de ser una prisión, y menos un sometimiento. Ni por puta es ver dos cabezas de enanos tapando el televisor y mucho menos la autoflagelación prolongada hacia el infinito.
El amor es el acto mas sublime de libertad porque no se aferra al objeto amado, lo libera subjetivándolo, lo deja ir tranquilo para que siga su camino. Porque del amor mas verdadero puede prescindir hasta de si mismo. Lo otro es enamorarse de estar enamorado. No es otra cosa que la jactancia del poeta por su propio poema, por eso es cierto que los poemas estupidos salen de esa necesidad de redención hacia las cadenas, pero los grandes poemas, en cambio, están escritos desde el recuerdo superado del dolor. Y la superación poco tiene que ver con meter la cabeza entre dos parlantes.
pd: sabes que te quiero chuchi.
Si estuvieras bajo mi gobierno, te censuraría.
Si estuviera bajo tu gobierno, te mataría.
che, tanta violencia...
a ver, lo único que se propuso fue, a partir de un objeto tan vago como es hablar-de-amor, y entiendan, me refiero a hablar-de-amor, y no al amor, contraponer diferentes teorías, tanto dialécticas como no dialécticas; se jugó básicamente con eso, si leen eso, buenísimo, si no, lean lo que se les dé las gana...
ahora bien, el acto más libre del q dispone todo hombre no es el amor, cómo va a ser un acto libre el amor (ya sé que esto estaría mejor discutirlo con vino de por medio, entre ambos, y después vos seguís con el güisqui -como dijeron los animales de los gallegos alguna vez en alguna edición del diccionario de la rae-, y yo con el porro, pero bueno, hace ya un tiempo que no nos hacemos el espacio para eso, y lo que hay es esto), en fin decía, si vamos al extremo, el único acto completamente libre de todo humano es el suicidio. pero el amor no, aja, no. ahora, por favor, no leas en esto una nota de suicidio... quedate tranquilo en ese sentido.
lo que sí, deberías explicarme eso del amor mas verdadero... bueno seguimos en otra oportunidad, con vino, wisky y faso de por medio
adio
pd: bajo el gobierno de ambos, a ambos les llevaría a los chicos del fuerte para que les enseñen por el orto lo que es la política... quizá, incluso, hasta lleguen a enamorarse
Me podrias matar si, pero censurado. ¿Hay algo peor que la muerte en vida?.
Sí, ver a un muerto en vida, cuack (o sea, uno, estando en vida, ve un muerto; eso si supongo q debe esr peor, porque da algo asi como miedito grrrr).
Che este blog se ha tornado muy violento y trágico. Muerte, censura, etc, etc...
Yo alguna vez pedi rock en vez de hacer el amor, creo que ahora no reivindico el hacer el amor, sino, algo mucho más sencillo...
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jaajaj.....brindo por el mahna mahna........
Mucho de verdad, pero Amar, no es estar en prision. Es que las personas nos metemos en prision cuando amamos y es porque no sabemos amar con libertar!!!!!
Es verdad, amigo anónimo. Yo amo con libertad y siempre me dejan porque piensan que pido matrimonio. Cualquiera.
El amor y la libertad son completamente excluyentes!!!..o no se dan cuenta? El amor con libertad no existe.!
Por algo te dejan..pensalo.
Consolate con mi filosofia: no amo y soy libre. Pero soy desdichado sin amor. Pero elijo. Todo es elegir. Soy triste, lo se- pero Realista!
Es que amas como el típico "gallito argentino" y si no dejás de amar.
Me debería ir a Colombia y junto a García Marquez (a pesar de que no me guste) vivir el realismo mágico.
Y sí, elegís ser triste!
yo tambien te amo... estupida prisión que creo tu mente y te quito libertad o fue miedo.
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