lunes, 15 de septiembre de 2008

Historia de las ideas

No hace mucho tiempo se pregonaba desde los lugares más prestigiosos del sistema internacional el fin de la historia. Este eufemismo que encierra el fin de las ideas, dio paso al último eslabón de una reingeniería que no desatendió ningún área de la vida humana, intentando así, concebir a un mundo que debería ser entendido en una sola forma, pero fundamentalmente explicado, conducido y administrado de una sola manera.

Pero la historia misma, nos enseña en sus ciclos sus respuestas. Y su principal enseñanza es que la historia no solo se hace con ideas de escalpelo nacidas de sucesos y personajes de renombre, la historia como diría J. H, Arregui “fluyente de todo devenir histórico no es comparable a compartimientos estancos, sino mas bien, a vasos comunicantes, donde la continuidad del transvasamiento es lo peculiar del proceso”. Y esa continuidad del proceso la transitan los hombres de todos los días, porque mientras haya hombres habrá historia y habrá tiempo, haciendo imposible el punto final.

Así, los hombres de todos los días en Latinoamérica, están garantizando la continuidad de la historia y por ende las ideas. Pero esta historia se repite también con sus diferencias, y hoy, muchos son los gobiernos en la región que acompañando el mandato popular defienden al gobierno democrático de Evo Morales en Bolivia, que refrendado con un 67% de votos positivos dio legitimidad con el aplastante numero de la mayoría. Pero la historia se repite. Los conceptos son los mismos, y en nombre de la democracia y la paz social se desestabiliza a un país que concentra en el 10% más rico el 50% de sus riquezas y pretende cambiarlo.

Pero en Bolivia no habrá retorno ni retroceso, porque son los mismos bolivianos dueños de sus destinos, y no una democracia anacrónica indigenista como quiere mostrarse desde sectores que solo se preocupan por su rentabilidad, esgrimiendo una superioridad intelectual y racial rayana a la idiotez.

La historia no terminara. La sensibilidad de la gente es una variable imposible de ser sujeta a predicciones y especulaciones; y aunque tarde en madurar siempre estará latente, como lo esta hoy en el pueblo boliviano y todos los que creemos en el.

La historia se repite nuevamente en la región, que no sea ni tragedia ni farsa, sino Latinoamericana y autentica dependerá de la suma de nuestras voluntades. Por eso, defender a Bolivia es protegernos, pero fundamentalmente es garantizar la historia, sus ideas, y a los hombres de todos los días.

4 comentarios:

lupanar dijo...

Te recomiendo una nota que salio en el diario Critica de hoy, que habla un poco sobre la idea de este racismo asqueroso que se puede observar a todas luces ahora,un racismo que siempre estuvo solo que ahora se volvio mas impudico y notorio.
Saludos!

Anónimo dijo...

Sera leido, y mas si viene propuesto desde un seudonimo tan sugerente.

Anónimo dijo...

"la suma de nuestras voluntades"o el momento histórico de despertar conciencias sobre nuestras raíces comunes olvidadas cuando no despreciadas.Bolivia,como Latinoamerica,estuvo mucho tiempo sola,quizá sea esa la fuerza impulsora de un pueblo en constante desafío contra los intereses espurios de propios y ajenos,sobre todo,los propios ( el enemigo suele estar en nuestra casa) ¿Cómo podemos los argentinos defender a Bolivia? ¿qué podemos hacer desde nuestro mangrullo europeizado?asentémonos en nuestra realidad latinoamericana,pongamos bien los pies sobre esta tierra, nuestra,tengamos sentido de pertenencia, pero empecemos por nosotros,dejemos de mirar a Ezeiza "como el único camino de salida"porque con el ojo puesto más allá del territorio,no se defiende ni se protege a nadie,ni se garantiza ninguna historia,a lo sumo,desde lejos escribimos la historia de otro.Comprometámonos aquí,desde el lugar que nos toque estar, aunque sea humilde, a defender nuestro pedazo de tierra y a reclamar por los despojados hasta de su dignidad ,que duermen amuchados en las veredas debajo de cartones,peor que perros callejeros y en las mañanas los encargados de edificios los golpean con las escobas o les tiran aguas con sus mangueras para que se vayan.Esta realidad de miseria es la que cuenta.Más que cualquier retórica.

lupanar dijo...

Racies comunes olvidadas y despreciadas,nunca más cierto!
Saludos.