miércoles, 26 de marzo de 2008

Once

Anoche, por un momento, pensé: "lo bueno de vivir en Once es que no tengo que soportar a toda esa manga de porteños del orto, clase media hipócrita, que deja que le vendan un país entero con tal de que puedan ir al shopping en Miami, golpeando la puta cacerola". Pero después también empecé a escucharlas por acá y ahí ya me dije: "este país es una gran farsa repleta de los actores más hijos de puta que puede haber sobre el planeta".
Todo fue un vergüenza, desde el discurso de Cristina, hasta las tres Marías con las cacerolas de sus mucamas.
Es una lástima pensar que este país tiene una única salida: Ezeiza.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Y que todos se reciban de maestros en la oratoria, de Anibal Fernandez hasta Elisa Carrió. Y D'Elía en el medio, hablando de blanquitos contra negritos, que se yo, me parece que es menospreciar al pueblo.
D'Elia echa al bando de la cacerola, la lluvia lo echa a D'Elia y todas las situaciones parecen querernos echar.
Ahora dicen que la presidenta es soberbia, pero no lo fue durante todo el discurso de campaña también?
En fin, uno no está a favor ni en contra de nada, uno no sabe para que lado correr, y si se corre para Ezeiza al llegar otro país siempre serás un sudaca. Pero si la pegás un poco afuera y volves al país (básicamente porque no te adaptaste porque te tratan de sudaca), tampoco te volvés a adaptar a tu propio país, porque laburás un montón y dudás si podés comprarte un yogur o no (por suerte a mí no me gusta el yogur).
La parte de color, la señora que no se quería ir de la plaza de mayo y terca, hacía sonar su cacerolita y el bando de D'Elia la empezaba a rodear como diciendo "hacete humo".
Y la plaza se supone que es de todos, pero en realidad no es de nadie.
Testigos de otro bochorno, de los dos lados, de todos, un eterno bochorno.
Beso!

Anónimo dijo...

Usted es conciente de que pelotudos como usted solo sobreviven en un pais bananero como este? Piense en que pais del mundo querrían contar con sus servicios, anotelo en un papel, y faxeemelo por el ojete.

Con cariño.