" Miraras la patente"

Los doctos en la materia dicen que los chicos lo primero que aprenden es el NO. Palabra monosilábica de singular armonía, viene asociada en nuestra tierna infancia al timbre de nuestra madre, y, de un modo mas espeso y aplomado al NO de nuestro padre. Con el paso del tiempo las institutrices sociales, nuestros pares y el sistema mundial por completo, se suman al desfiladero del NO.

Sin embargo, si uno tiene la fortuna de haber nacido en una casa como la mía, la negativa vendrá acompañada de una sustentable fundamentacion. Veamos un ejemplo concreto: Mama- “hijo No salgas desabrigado” hijo- “ufa, ¿por que?” y en este punto culmine, madre en vez de responder con silencio o con un “porque yo te lo digo”, deslumbra con toda su dulzura –“porque en unas horas hará frió y si llevas abrigo podrás jugar mas tiempo en la calle”. Aja…..eso era madurar, caramba de haberlo sabido antes. Así, “avísame cuando llegues”, “abrígate que hace frió”, “no vuelvas solo”, en definitiva un enorme “CUIDATE”, forman parte de una lista que se extiende a todas las áreas, y no importa que uno viaje solo por el mundo, tampoco reconoce limites de edad.

Sin embargo, ayer vi vulnerado el sistema de defensa explicado. La cosa fue más o menos como sigue, y simplemente lo cuento porque creo que el jirafianismo se nutre de estas cosas.

Salí del trabajo, como todos los días, temprano. Pero esta vez era mucho más que paja. Era mucha paja, y una reunión en mi ciudad natal (lamento decirles que no pertenezco a la jungla de cemento). Mi viejo había venido en auto a capital. Supe en ese mismo momento que la coincidencia solo podía responder a un designio del destino que obviamente mi paja agradeció en el mismo momento que despegue en un Golf 2.0 con buena música como acompañante.

Llegue a la reunión sin mayores sobresaltos, habiendo parado a tomar un cafecito de esos que tanto me gustan. Venia todo de 10 en una reunión donde un tipo no dejaba de hablar, mientras toda mi concentración subía y bajaba por las piernas de una rubia que estaba dos asientos a la derecha, cuando sono el cedular (aparato de propósito ya explicado en otro apartado). Una voz me dice- “te llevastes otro auto”, a mi respuestas de “ no me jodas que ya me estoy imaginando como siguen esos muslos”, y su consecuente insistencia-“ no es joda, te llevastes otro auto del estacionamiento y esta el tipo en la puerta furioso”. Así, yo que tenia pensado pasar por la casa de madre a comer, claro esta, tuve que volver en un asiento, con un volante y con una música que alguna vez creí mía. No sabes lo feo que es no tener sensación de pertenencia, le decía yo al tipo del auto cuando se lo devolví mientras me miraba con el odio mas infinito, y, hasta había traído a un amigo para multiplicar su porteña indignación de nene histérico y profanado.

Devolví el auto en excelentes condiciones, y los chistes de si me dedicaba a los Jaguares, o si podía conseguir una Ferrari para el sábado no se hicieron esperar. Paso todo el día, y mi mama que había quedado con la comida de garpe me llamo a mi casa a la noche. Enseguida le explique lo que había pasado, y porque no había podido pasar por casa, y ella con su dulce voz me replico-“ como NO vas a mirar la patente”; infinita lista carajo.

Jirafianito.